Mediodía caluroso en el Tigre, y mucho tráfico para llegar al club.
El equipo de remera blanca presentaba una sola modificación en su formación; Darío Hernán Fumaschi reemplazaba al histórico Edgard Carlos LubelTesh por motivos de festividades ( y no sólo judías, sino tambien por su cumple), y también por causas relacionadas a su estudio.
Fue un primer tiempo muy irregular, donde los equipos mostraban diferentes formas de jugar al fútbol. Los parientes de Jorge Rial buscaban mediante bochazos a sus dos delanteros de gran estatura, pero debido a la seguridad de nuestro arquero y la defensa, la valla quedó invicta.
Luego de algunas llegadas claras por el lado derecho del equipo de Lobos, la pelota seguía sin cruzar esa maldita línea blanca, que tanto impedía aumentar el marcador.
El Coreano, intentaba, buscaba, pero no encontraba; hasta que un centro de Martín Broutvaiev derivó en una equivocación del arquero de Intrusos y la pelota ingresó lentamente en el arco. Sí, el tres del equipo de remera blanca seguía sumando goles en su caudal, luego de una hermosa definición romanística la semanada pasada.
En el entretiempo, Roskita, que debido a una falta de aire (y quién descarta una noche carnal), salío para pasar Margu de central y FkF al mediocampo. Se realizó el ingreso de Ilan por Ari A, como también de Yanco por Leo B, parando Darito como marcador de punta.
El partido no fue la gran cosa, pero se vió un gran entendimiento y destellos entre Timi, Narbon y Pome, con muchos pases de taco y lindas asistencias por parte de nuestro enganche.
El equipo de blanco, no concretaba las llegadas claras que tenía y el partido tenía un final con muchas incertidumbres.
El equipo de Jorge sufrió la expulsión de un delantero y la cosa parecía otra; excelente jugada de Timi por la izquierda, desborda y abre el pie definiendo al segundo palo, de una manera muy similar al gol del "Chiqui" Alpern la semana pasada.
El juego se tornó aburrido y sin muestras de reacción alguna del equipo celeste. Un integrante del mismo, pidió la finalización del juego provocando una sonrisa de oreja a oreja del árbrito, que tenía un asado en la quinta del cuñado, allá, por Don Torcuato.
El fin de semana siguiente, el plantel enfrentará a un rival conocido y que va a saber molestar, pero hay que seguir por la misma senda, y así alcanzar la cima de la tabla lo antes posible.