En una final anticipada, el Deportivo Coreano mostró su temple y superó por 4 a 3 a Guadaña, en lo que fue el despegue del equipo rojiblanco en la recta final al campeonato
Dos climatologías antagónicas se hicieron notar en el Náutico Hacoaj. En una mañana helada se vivió el partido más caliente y a la vez, apasionante del torneo.
El equipo de Lobos sabía que ese encuentro era crucial. Salvo terminar con un resultado adverso, el equipo rojiblanco se prendería ya definitivamente como serio candidato al título, superando a un directo perseguidor.
Quizás por eso los Broutvaien despertaron a varios de la cama y no solo sucedió así en la previa, sino que en los primeros minutos del partido fue el mismo capitán coreano quién madrugó a todos con ese primero golpe a poco tiempo del inicio del partido, dando el ejemplo y mostrando el camino a seguir.
Por el otro lado un anonadado Guadaña veía esfumarse la posibilidad de acercarse al lote de arriba, y que decir cuando el Peludo, luego de un rebote tras un tiro libre definió emulando a los que saben, “cruzado a un palo”, poniendo el 2 a 0 y el silencio stampa en la cancha II.
Ni los más optimistas imaginaban un comienzo como el de hoy. Para colmo, los Gonzalo y las botineras veían como el equipo rival desperdiciaba sus chances mientras que un efectivo Coreano pasaba por caja cada vez que inquietaba al arco rival. Así fue como a los 30 minutos, Timi desde media distancia selló el tercero. Tres llegadas, tres conquistas. Para muchos el comienzo de una goleada, para otros el resultado era mentiroso, sobre todo por el dominio de pelota del lado de Guadaña. La pelota transcurría por la mitad, mientras Damián Margulis junto a los defensores intentaban cubrir a los potentes jugadores rivales. La defensa sabía al potencial que se enfrentaba, por eso cada pelota se disputaba con sudor y lagrima. Encima, en una de las pocas que se llegó a destiempo Guadaña no perdonó y metió el 3-1.
Final del primer tiempo. Reforzamiento de conceptos tácticos, un poco de push motivacional y a arrancar a jugar la etapa complementaria, con algunos cambios.
El equipo rojiblanco ya no era el mismo. La pelota se jugaba en una mitad. Guadaña se hacía del monopolio del balón, apretaba y ponía contra las cuerdas al equipo de Lobos. Se doblegaban los esfuerzos de los defensores. Además, del aporte esencial del arquero Ezequiel Lerech respondiendo ante cada jugada que tenía que poner las manos.
Sin embargo, el partido continuaba 3 a 1. Minuto 20 del ST, Cholo roba una pelota en ataque, deja parado a un defensor y asiste a Timi quien dejando tirado al arquero rival define a un palo marcando el 4 a 1.
Para muchos equipos ese resultado parcial sería irreversible, casi luchar contra la corriente. No así para Guadaña, quien parecía agigantarse ante cada adversidad que tenía. Incluso, cinco minutos más tarde se volvía a meter en el partido tras un penal dudoso. Dejando el 4-2. Y luego, vendría el 4-3 y a sufrir los últimos minutos.
A correr más que nunca, ahora que Guadaña gastaba sus últimos cartuchos y a esperar que el arbitro -de buena actuación- pite el final del encuentro.
El sonido llegó y la esperanza se hizo realidad.
Se dejó atrás ese estigma, de nunca haberle podido robar ni siquiera un punto a ese rival. En esta ocasión déjenme decirles que no se robó nada, que los tres puntos los ganamos nosotros. Que hubo que hacerle cuatro goles para conseguir la victoria. Que nos hicieron tres porque los que tuvieron que correr y marcar dejaron la vida en cada pelota. Que estamos más cerca del objetivo tan buscado. Que si bien hubo varias actuaciones individuales muy buenas, esta es una victoria grupal. Que se siembra con el aporte de cada uno de los integrantes, con la imagen del Primo del final corriendo en cada pelota. Y para los que pueden pensar que esto es un pensamiento subjetivo, basta con escuchar al paso a Gordillo, jugador del equipo rival, decir:“ Estos pibes dejaron la vida en cada partido”. Las casualidades son muy difíciles de mantener. Tal vez es más fácil explicar el esfuerzo y la voluntad, ya todos vieron el potencial Coreano, por eso creo que ya no es casualidad estar invicto en este torneo.
El equipo de Lobos viene demostrando en cada partido que quiere el título. Quedan tres partidos, las posibilidades y probabilidades van aumentando domingo a domingo. No solo por los resultados sino por el juego y el espectáculo que este equipo brinda todos los fines de semana. Ojalá esta historia pueda tener su final feliz…
domingo, 3 de julio de 2011
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muy buena cronica tem!!!! muuuuy buena!
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